Una adicción puede ser definida por deseos, pensamientos y conductas que llevan a una persona a depender o necesitar una sustancia, actividad o relación. Esta dependencia o necesidad se basa (al principio) en la satisfacción que le genera a la persona.
Podemos depender de sustancias como fármacos, drogas, alcohol, alimentos, etc.; también, existen adicciones sin sustancias como la dependencia hacia determinadas conductas, por ejemplo: el sexo, el juego, el deporte, el trabajo, etc. y también puede darse la dependencia en nuestras relaciones, también conocida como dependencia emocional.
Para considerar que algo genera dependencia es necesario que la persona presente al menos tolerancia al consumo, es decir, que la persona consuma de forma continua y su organismo se habitúe a la sustancia, por lo que tiene que aumentar la dosis de forma progresiva para conseguir los mismos efectos; abstinencia al dejar de consumir, descontrol en su utilización, perjuicio en ámbitos personales debido al consumo o al tiempo invertido en conseguirlo y seguir consumiendo a pesar de conocer los efectos adversos. La dependencia en el caso de las adicciones con sustancia puede provocar consumos abusivos que pueden llevar a intoxicaciones, y ante la ausencia de sustancia puede conducir al síndrome de abstinencia.
En el síndrome de abstinencia, la persona pierde la capacidad de experimentar la satisfacción, el disfrute o bienestar que le proporcionaba antes la sustancia, actividad o relación de manera natural, por lo que tiene que desarrollar un consumo compulsivo para no sufrir el malestar generado al dejar de consumir, como ansiedad, nerviosismo, sudoración, temblores, escalofríos, dificultad para dormir, etc.
¿Cómo comienzan las adicciones?
No se pueden identificar causas concretas que lleven a una persona a desarrollar una adicción, pero si podemos hablar de factores de riesgo. En general, las adicciones empiezan cubriendo alguna necesidad, convirtiéndose en una forma de evitar la insatisfacción de la realidad que se vive.
Se suele comenzar con el consumo de pequeñas dosis, de forma puntual y en contextos habituales. Las consecuencias a corto plazo son de bienestar e incluso facilita el olvido de otros problemas, por eso es muy fácil que se mantenga en el tiempo, incluso que vaya en aumento, hasta el punto de que la vida de la persona adicta gire en torno a su adicción.
¿Cómo salir de una adicción?
Lo primero es ser consciente de la adicción, ya que no en todos los casos, las personas son conscientes de la existencia de la adicción, porque creen que podrían dejarlo cuando quisieran, aunque realmente no es así.
Si la base de toda adicción es la insatisfacción, conviene trabajar a través de terapia para detectar los motivos de la insatisfacción y encontrar alternativas a la persona que quiere salir de la adicción.
Siguiendo al hilo de la campaña de la Fundación de Ayuda contra la Drogadicción (FAD), aunque su campaña se crea para la prevención, ésta sería otra forma de superar una adicción, «Construye cosas en tu vida y no dejes espacio a las drogas» (puedes ver el vídeo también aquí).
En este post, os dejamos recursos educativos para promover el consumo cero de alcohol en menores de edad y el consumo responsable por los adultos.
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