La autoestima

Este es un concepto muy importante que utilizamos constantemente en psicología.

Pero… ¿qué es la autoestima?

Es la forma que tenemos de valorarnos y según cómo lo hagamos, nos hace estar satisfechos o insatisfechos con nosotr@s mism@s.

 

La autoestima se organiza en tres bases:

  • El Yo ideal: cómo me gustaría verme.
  • El Yo real: cómo me veo.
  • Los otros: cómo creo que los demás me ven.

Un elemento clave en la autoestima es la comparación con los demás en aspectos que para nosotros son importantes: físico, inteligencia,sociabilidad, éxito…

 

¿Cómo es mi autoestima?

Nuestra autoestima es positiva cuando podemos adaptarnos a las dificultades que van surgiendo en el día a día, nos sentimos capaces, satisfech@s, las relaciones con los demás son buenas, aceptamos las críticas, no vemos intenciones ocultas en la conducta de los demás y nos lanzamos mensajes del tipo: «yo puedo hacerlo»; «estoy bien como soy»…

Por el contrario, una autoestima negativa, implica que nos sentimos incapaces de enfrentar los problemas cotidianos, no nos aceptamos, tememos las críticas, somos desconfiados con los demás y los mensajes que nos lanzamos son: «soy torpe»; «todo me sale mal»; «no gusto a los demás»; «no seré capaz de hacerlo»…

 

¿Cuándo se forja la autoestima?

Sobre todo, en la infancia, por eso es tan importante lo que decimos y cómo lo decimos.

Se ha demostrado científicamente que hacen falta cinco cumplidos seguidos para reparar las huellas de un insulto.

A medida que vamos creciendo, va formándose nuestra autoestima y lo hará de forma positiva o negativa según los comentarios y etiquetas que recibo de mi entorno y que yo me pongo porque me las creo.

De forma que si recibo constantemente un «eres malo», probablemente me acabe creyendo que lo soy.

Por esto el mensaje que tenemos que mandar a l@s niñ@s es claro: «Te quiero, siempre, y de forma incondicional, cuando gritas, cuando suspendes, cuando lloras, también te quiero» y esto es a cualquier edad.

Es muy importante que cuando hablemos a l@s niñ@s, nos centremos en la conducta y no en la personalidad, cambiar un «eres malo» por «esto que has hecho está mal», contribuirá a una futura autoestima más sana y positiva.

 

¿Cómo puedo cambiar mi autoestima?

Nuestra autoestima está relacionada con la interpretación que hacemos de lo que nos pasa y con lo que nos decimos de forma automática, por lo que tendremos que prestar atención en qué tipo de mensajes nos lanzamos en nuestro día a día, para hacer que este proceso automático se vuelva consciente y aprender a hablarme de forma distinta, más positiva.

Para ello, tienes que empezar por aceptarte, la autoaceptación nos lleva al cambio: «Soy así y me quiero como soy, no puedo gustar a todo el mundo».

Nadie es perfecto, cambia la palabra error por aprendizaje, no nacemos sabiendo: «Soy una persona y como tal, me equivoco y así aprendo».

Plantearnos pequeños objetivos a corto plazo, no exigencias inalcanzables: «Voy a leer 5 páginas al día de este nuevo tema».

Mis metas dependen de mí y de mi esfuerzo, no es casualidad ni suerte: «He conseguido un nuevo trabajo y es gracias a mí».

Deja de compararte, todos somos diferentes: «Soy más bajita que María… y eso no me hace peor ¡ni mejor!».

La opinión de los demás es eso, una opinión, no es la tuya ni es la realidad: «No me gusta cómo te queda ese vestido… A mi sí, me encanta y por eso me lo pongo».

Rodéate de relaciones sociales sanas, las personas positivas nos hacen sentir mucho mejor que las tóxicas.

Diviértete, todos los días (sí, todos), busca algo que te guste hacer y ¡a por ello!, no todo van a ser responsabilidades y obligaciones… ¿verdad?.

Recompénsate en cada logro, todos los días hacemos miles de cosas, te lo mereces.

En definitiva: ¡sé tú mism@!, no vas a caerle bien a todo el mundo, así que al menos, vive, siente, piensa y actúa como te haga feliz.

 

¿Tienes alguna duda? Ponte en contacto con nosotras y estaremos encantadas de atenderte 🙂

*Imagen: Pixabay.com/Madeinitaly