¡Qué Vergüenza!

«Quien no conoce la vergüenza representa un peligro para la sociedad» (Peusner)

¿Qué es la vergüenza? ¿Existen diferentes tipos?

La vergüenza forma parte de las emociones sociales, junto a la culpa y el orgullo. Alrededor de la emoción de vergüenza, orbitan emociones que guardan una conexión con ésta: recato, pudor, ridículo, bochorno y timidez.

La vergüenza es una reacción negativa que se dirige hacia un@ mismo@. En inglés, se distinguen dos tipos de vergüenza: la que sentimos cuando hemos hecho algo moralmente mal (shame) y la que sentimos cuando hemos hecho el ridículo (embarrasement). También existe un tercer tipo de vergüenza: “vergüenza ajena”, aquella que sentimos cuando es otra persona la que hace algo impropio de la ocasión.

La vergüenza puede presentarse de dos modos distintos:

  1. Vergüenza situacional: Es cuando la vergüenza se produce en una determinada situación y se caracteriza por ser una reacción instantánea asociada a una situación específica de fracaso, debilidad o comportamiento inadecuado. Todas las personas pasamos por momentos de vergüenza que pueden desorganizar nuestra vida un tiempo.
  2. Vergüenza existencial: Hay personas que presentan una orientación a la vergüenza, en  las que las situaciones puntuales de vergüenza conllevan automática e instantáneamente a una vergüenza existencial. En este caso, la vergüenza en situaciones puntuales es sólo la punta del iceberg de una reacción mayor. La vergüenza existencial entonces, es aquella que no está limitada a un comportamiento, debilidad o situación particular, sino que es una atribución de la persona. La vergüenza existencial se activa cuando un hecho particular se convierte en una imperfección personal.

En una persona, por ejemplo, que tiene que hablar en público, puede presentarse la vergüenza situacional al enfrentarse a esa situación, pero no se cuestiona su persona. Una persona que experimenta vergüenza existencial, sí se cuestiona su persona, se diría a si misma: ¡no valgo para nada!

Origen de la vergüenza

Podemos señalar el origen de la vergüenza en la mirada del otro. La vergüenza de hacer manifiesto nuestro ser.

Precisamente, la vergüenza es la emoción social por excelencia. Es una emoción que se aprende; no se nace con ella. De hecho, es la emoción que aparece más tarde en el desarrollo evolutivo.

Principalmente hay dos tipos de sistemas familiares que inducen vergüenza:

En el primer tipo la vergüenza se induce de un modo severo, con sistemas castigadores que prestan poca atención a las necesidades emocionales y cuyos límites son inflexibles. (ej. ¡No te vuelvas a poner esa camisa tan ridícula!)

En el segundo tipo, el proceso de vergüenza es más sutil e indirecto, con un mensaje encubierto, existiendo una discrepancia entre el mensaje verbal (positivo, ej: «por tu propio bien») y el no verbal subyacente que induce vergüenzasé que puedes hacerlo mejor«) lo que podría estar expresando que «no es suficientemente apto».

Síntomas de la vergüenza

La vergüenza se manifiesta físicamente en una gran variedad de formas. La persona puede ocultar sus ojos, bajar la mirada, ruborizarse, morderse los labios o la lengua; presentar una sonrisa forzada, o inquietarse. Otras respuestas pueden incluir irritación, una actitud defensiva, exageración o negación. Debido a que el efecto de la vergüenza a menudo interfiere con nuestra capacidad de pensar, el individuo puede experimentar confusión, o quedarse con la mente completamente en blanco.

Las personas adultas que fueron avergonzadas en la infancia, frecuentemente son tímidas, se sienten inferiores a los demás, creen ser el problema, se sienten vulnerables y temen exponerse, temen la intimidad, tienen bajas expectativas de autoeficacia, se ponen a la defensiva cuando se les entrega una crítica negativa, se disculpan constantemente, tienen un sentimiento de soledad; proyectan en los demás lo que piensan de sí mismos, por lo que se sienten constantemente juzgados por los demás; pueden volverse avergonzadores cuando ven en los demás características propias de las que se avergüenzan, tienen una actitud tan perfeccionista que los puede llevar a actuar ansiosamente, pueden bloquear la vergüenza a través de conductas adictivas, tienen límites emocionales frágiles y se sienten avasallados fácilmente, por lo que crean falsos límites a través de la rabia, el aislamiento o al complacer.

Funciones positivas de la vergüenza

  • La vergüenza como un sentimiento ético.
  • Como un dique ante el desenfreno.
  • Como promotora de conductas prosociales dando lugar a la responsabilidad y buenas relaciones.
  • Como la necesidad social de proteger los límites de lo privado para un@ mism@ y para otros.
  • Reguladora y protectora del vínculo social.
  • Como señal para reconocer un inminente fracaso relacional.
  • Como un barrido afectivo esencial para detectar y medir el apoyo disponible.

Por otra parte, es relevante la importancia de la emoción de la vergüenza en el desarrollo de la identidad, ya que es en el encuentro con la mirada del otro (y sus juicios, complicidades y rechazos), donde se conforma la identidad y es posible conocer la totalidad de las propias dimensiones y límites y tener así un sentido exacto de un@ mism@. De esta forma, la vergüenza permite la autoconciencia de quien soy yo, cuáles son mis posibilidades y cuáles no (por lo que, por ejemplo, podría pedir ayuda en caso de necesitarlo), y podría vincularse con un otro como un igual que también puede sentir vergüenza, y por lo tanto, empatizar con su vulnerabilidad.

Al ser consciente de los límites, la vergüenza también impulsa a superar las dificultades, gratifica y anima el sacrificio por lograr los propios objetivos e ideales, cumplir las promesas hechas a sí mismo y a otros, preserva la dignidad y desalienta el fracaso y de esta forma, implicaría también una motivación al cambio, lo cual es más difícil de visualizar desde el polo del orgullo.

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